Un beso puede ser consecuencia del amor, de un deseo, de una amistad o del respeto o veneración que se tiene por una persona.
Entre los amores están: el conyugal, el filial, el paternal o maternal, el fraternal… Y en cualquiera de esos casos se da un beso.
Los deseos que provocan un beso pueden ser la pasión o deseo sexual, por ejemplo; aunque también cabe aquí el interés: alguna ventaja que se le pueda ganar a esa persona a quien se besa, engañándola para conseguir ese fin: dinero, posición social, amistades útiles, etc.
La amistad es una de las causas por las que los seres humanos se besan con más frecuencia. Pero los besos que fingen amistad, a veces parecen ser más que los que nacen de un verdadero sentimiento de cariño.
Por último, el beso es en ocasiones un acto de reverencia: el sacerdote besa el altar, el esposo enamorado besa una fotografía de su mujer, el feligrés besa una imagen, la señora besa la tumba de su hijo, el laico besa la mano del sacerdote recién ordenado o el anillo del obispo…
Lo triste es comprobar que, a veces, los besos de profundo amor se ven iguales a los besos que nacen de la cortesía: Cuántas veces, por ejemplo, un padre de familia siente que el beso que recibe de su hija es exactamente igual al que ella le da a sus amigas. Otras veces se ve que dos mujeres que se saludan de beso realmente se detestan…
¿Por qué no dejar a un lado tanto beso en los saludos y despedidas, y cambiarlos por un simple apretón de manos, y dejar los besos para momentos importantes?
Si el beso se deja para ocasiones especiales readquirirá su valor: saludar y despedirse entre seres que se aman, felicitar a alguien cuando triunfa o logra las metas que se impuso, sentir un cariño singular en momentos especiales y amar, serán otra vez vivencias preciosas.
A las madres y a los padres les parecerán verdaderamente valiosos los besos de sus hijos, y a estos, los de sus padres; los seres queridos apreciarán el mérito de un beso dado por y con cariño; los amigos valorarán esa expresión de afecto. Y los besos tendrán el valor que les corresponde.