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Cómo se producen las fallas en la sexualidad

Posted by Mauricio Rubiano Carreño on September 3, 2009

 En la sexualidad física normal se da una armonía y concordancia entre todos sus componentes; pero, a veces, se presentan anomalías que determinan un estado de intersexualidad.

Esto se da si hay discordancia entre los caracteres genéticos, gonádicos, embrionarios y genitales del sexo. Las anomalías se conocen como el pseudohermafroditismo y el hermafroditismo verdadero.

El pseudohermafroditismo se puede dar en dos situaciones:

En el pseudohermafroditismo femenino los genitales son masculinos (más o menos diferenciados), mientras las gónadas y el patrimonio cromosómico son femeninos, como ocurre, por ejemplo, en el Síndrome Adrenogenital Congénito.

En el pseudohermafroditismo masculino los genitales son femeninos, pero las gónadas y el patrimonio cromosómico son masculinos, presentando incluso testículos (Síndrome de Morris o de feminización testicular).

El hermafroditismo verdadero es, casi siempre, una mezcla de los tejidos de las gónadas, esto es, del testículo y del ovario. A veces, también se presenta cuando el individuo posee un ovario y un testículo.

Ambas circunstancias son raras y originan anormalidades que dan la apariencia de reunir ambos sexos.

Con tratamientos quirúrgicos y hormonales se tratan estos casos. Afortunadamente, luego del tratamiento las características sexuales suelen definirse, y el individuo puede vivir una vida normal.

Estas diversas formas de anomalía se producen en los componentes físicos del sexo, y son completamente diferentes al transexualismo, la homosexualidad y transvestismo, los cuales se explican a continuación.

1) El transexualismo auténtico se define como el conflicto entre el sexo físico normal y la tendencia psicológica que se experimenta en sentido opuesto.

Casi la totalidad de los casos se trata de sujetos de sexo físico masculino que psicológicamente se sienten mujeres y que tienden a identificarse con el sexo femenino.

Estos individuos se examinan y resultan varones en el sentido pleno de la palabra: genéticamente son varones, las características de los genitales externos son —estrictamente hablando— masculinas, tienen testículos sin mezcla alguna de tejido ovárico, la hormona que circula por su cuerpo es la testosterona y por eso poseen todos los caracteres sexuales secundarios masculinos: su desarrollo muscular es mayor, la voz es grave, les nace barba y bigote, la cadera es más pequeña que la de la mujer, el vello púbico tiene forma de V con vértice superior…; pero su tendencia psicológica es femenina: suelen decir que se sentirían mejor si fueran mujeres, y a algunos les gustaría cambiarse de sexo.

Aunque parezca redundante, debe afirmarse que no se han descubierto factores que generen, susciten o predispongan esta actitud frente a su propia sexualidad: ni elementos genéticos, ni sustancias hormonales, ni aspectos embrionarios, ni de ningún tipo.

Son muy raros los casos en sentido inverso, es decir, los sujetos físicamente mujeres que pretenden volverse hombres.

2) El transvestismo, es un síndrome en el cual no hay un deseo profundo de cambiar de sexo, sino que simplemente sienten una «necesidad» psíquica de vestirse con ropa del otro sexo, como condición necesaria para alcanzar la excitación sexual; y esto no quiere decir que dejen de buscar relaciones sexuales con sujetos del sexo opuesto.

Tampoco hay elementos físicos causantes de este desorden entre lo biológico y lo psíquico.

3) El homosexual es un individuo masculino; pero los aspectos físicos del sexo los usa para la satisfacción erótica con un hombre. Él no desea cambiar de sexo, sino, simplemente, tener relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.

Esta definición es válida tanto para el homosexual masculino como para la mujer lesbiana: el sexo genético, el sexo gonadal, el sexo embrionario y el sexo genital están todos definidos; pero ella desea tener relaciones sexuales con mujeres y él con hombres.

Como en el transexualismo y en el transvestismo, en la homosexualidad no factor hay biológico que la predisponga.

  

 

 

 

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¿Sexo o ‘género’?

Posted by Mauricio Rubiano Carreño on April 19, 2009

 Hoy se lee y se escucha la palabra «género», utilizada en vez de «sexo». Y se habla de tres «géneros», incluyendo el homosexual.

En relación con la sexualidad, debe utilizarse una terminología adecuada para una mejor comprensión de la materia. Por eso, es necesario conocer la definición de algunos vocablos, dentro de los que se encuentran los siguientes:

 

El sexo cromosómico o genético está especificado por la presencia o ausencia del cromosoma «Y» en el patrimonio genético de la célula del ser humano; así, los individuos que tienen un cromosoma «Y» con uno o más cromosomas «X» son varones; mientras que los que carecen de cromosoma «Y» son genéticamente hembras. Este hecho es el resultado objetivo de la fecundación.

«El sexo nace antes que nosotros. Hemos sido varones o hembras el día de la concepción y lo hemos sido de manera irreversible. El desarrollo hormonal, la centralización neurológica, la periodicidad fisiológica [las funciones del organismo] y la configuración formológica [la forma] de nuestra sexualidad no son otra cosa que fenómenos subsecuentes, pero también consecutivos al fenómeno de la determinación genética del sexo» (Boiardi, Sessualitá Maschile…, p. 19).

 

El sexo gonadal está basado en la histología —las características microscópicas de los tejidos— de las gónadas; el varón posee tejido testicular, la mujer posee tejido ovárico. Como se dijo anteriormente, el crecimiento y la diferenciación de las glándulas sexuales se dan gradualmente, sobre una base de tejidos diferentes bajo la influencia del sexo genético: los genes que se encuentran en los cromosomas se encargan de diferenciar las gónadas en sentido masculino o femenino.

 

El sexo embrionario o vías genitales son: el conducto de Müller (propio de la mujer) y el conducto de Wolff (propio del varón).

 

El sexo fenotípico o genital está determinado por las características de los genitales externos. Basándose en él, en el nacimiento se le asigna el sexo al individuo, desde los puntos de vista civil y social.

 

Durante la pubertad y a través de un proceso de maduración se da el crecimiento del organismo sexual interno y externo, según las características propias de cada uno de los dos sexos.

 

En la sexualidad física normal se da una armonía y concordancia entre todos estos componentes; pero, a veces, se presentan anomalías que determinan un estado de intersexualidad, esto se da si hay discordancia entre los caracteres genéticos, gonádicos, embrionarios y genitales del sexo. Las anomalías se conocen como el pseudohermafroditismo y el hermafroditismo verdadero.

 

El pseudohermafroditismo se puede verificar en dos situaciones:

En el pseudohermafroditismo femenino los genitales son masculinos (más o menos diferenciados) mientras las gónadas y el patrimonio cromosómico son femeninos, como ocurre, por ejemplo, en el Síndrome Adrenogenital Congénito.

En el pseudohermafroditismo masculino los genitales son femeninos, pero las gónadas y el patrimonio cromosómico son masculinos, presentando incluso testículos (Síndrome de Morris o de feminización testicular).

 

El hermafroditismo verdadero (muy raro), es el caso en el que se presentan tejidos ováricos y testiculares al mismo tiempo.

 

Estas diversas formas de anomalía que se refieren a los componentes físicos del sexo y no configuran lo que se define como transexualismo ni homosexualidad ni transvestismo:

 

El transexualismo auténtico se define como el conflicto entre el sexo físico normal y la tendencia psicológica que se experimenta en sentido opuesto.

Casi en la totalidad de los casos se trata de sujetos de sexo físico masculino que psicológicamente se sienten mujeres y que tienden a identificarse con el sexo femenino. Son muy raros los casos en sentido inverso, es decir, los sujetos físicamente mujeres que pretenden volverse hombres.

 

El transvestismo, por el contrario, es un síndrome en el cual no hay un deseo profundo de cambiar de sexo, sino que simplemente se ha instaurado una necesidad psíquica de vestirse con ropa del otro sexo, como condición necesaria para alcanzar la excitación sexual; y se busca la relación sexual con sujetos del sexo opuesto.

 

En la homosexualidad masculina, el sexo genético, el sexo gonadal, el sexo embrionario y el sexo genital son masculinos; pero los aspectos físicos del sexo son usados para la satisfacción erótica depositada en un sujeto del mismo sexo. El homosexual no desea cambiar de sexo, sino, simplemente, tener relaciones sexuales con varones.

Asimismo, en el lesbianismo, tanto el sexo genético como el sexo gonadal, el sexo embrionario y el sexo genital son todos femeninos; pero ella desea tener relaciones sexuales con mujeres.

 

Por todo esto, en el Diccionario, la voz «Sexo» (del latín sexus: sección, división, parcialidad, mitad en busca de otra mitad) se define como «Condición orgánica que distingue al macho de la hembra en los seres humanos». Y su segunda acepción no da más que dos opciones: «Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo: sexo masculino, sexo femenino».

En cambio, «Género» (del latín genus, generis), es el «Conjunto de especies que tienen cierto número de caracteres comunes». Esto significa que la especie humana, junto con otras especies, conforma con ellas un género.

Por eso, es erróneo el uso de la palabra «género» para designar la sexualidad de un individuo.

 

Tampoco es acertado usar del término «género», para dar las supuestas tres opciones al individuo, ya que lo cierto es que para el individuo que nace no hay elección posible del sexo genético; y está científica y objetivamente comprobado que el sexo genético es el que determina los otros componentes biológicos:

Si el individuo es varón, todas las células de su organismo poseen cromosoma «Y»; por lo tanto ES masculino genética, gonadal, embrionaria y genitalmente. Y es varón aunque se sienta mejor como mujer o le atraigan los hombres.

Si se trata de una mujer, en ninguna de sus células existe un cromosoma «Y»; por lo tanto ES hembra genética, gonadal, embrionaria y genitalmente. Y es mujer aunque le atraigan las mujeres o se sienta mejor como hombre.

 

   

 

 

 

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